El legendario músico británico sorprende al mantener una exigente rutina física que combina entrenamiento acuático, carreras explosivas y un estricto cuidado vocal. Las claves detrás de su energía inagotable en plena gira por Argentina.

El entrenamiento fuera del escenario: disciplina y energía a los 80
Rod Stewart, ícono del rock británico, desafía los límites de la edad y sigue llenando estadios a los 80 años. Durante su gira “One Last Time” por Argentina, el artista mostró la misma energía de sus mejores años, algo que atribuye a tres pilares fundamentales: entrenamiento acuático intensivo, sprints explosivos y cuidado vocal constante.
“El secreto está en la disciplina”, asegura Stewart, quien considera que su preparación física es tan importante como la musical.
Entrenamiento acuático: fuerza y control respiratorio bajo el agua
La piscina de su casa no es un espacio de relax, sino un gimnasio líquido. Desde hace más de cuatro décadas, el intérprete de Maggie May realiza un exigente ejercicio: empujar un ladrillo de goma bajo el agua, sin salir a la superficie para respirar.
Este método, similar al que usan las fuerzas de élite británicas, fortalece el tronco central, mejora la resistencia pulmonar y exige una activación completa de todo el cuerpo. Según Stewart, “gracias a este control bajo el agua puedo sostener shows de dos horas sin perder aire ni energía”.
Incluso, el cantante adoptó esta práctica tras un consejo de Frank Sinatra, quien le dijo que “el secreto para ser un gran vocalista está en la fuerza pulmonar”.

Sprints explosivos: potencia cardiovascular y agilidad muscular
Exfutbolista amateur antes de dedicarse a la música, Stewart conserva su espíritu competitivo. En su jardín, dispone de una pista donde corre series cortas de 100 metros. En 2025, logró bajar su marca a 19 segundos y apunta a los 17, un registro notable para alguien de su edad.
Estos entrenamientos mejoran su capacidad cardiovascular, mantienen su masa muscular y lo preparan para los movimientos intensos que realiza en el escenario.
El cantante combina las carreras con bicicleta fija, ejercicios funcionales y circuitos de velocidad, reemplazando las pesas tradicionales por rutinas dinámicas.
“Dicen que descanso entre canciones, pero en realidad cambio de ropa porque sudo mucho”, confesó entre risas.
El cuidado de la voz: el instrumento más valioso
Stewart no deja nada al azar. Antes de cada show, dedica al menos 30 minutos a vocalizaciones, masajes descontracturantes y ejercicios respiratorios.
Evita ambientes con humo, restaurantes ruidosos y restringe el alcohol para proteger sus cuerdas vocales.
“Cuando siento la voz cargada, no hablo durante ocho horas”, reveló. Esta disciplina fue clave para su recuperación tras una operación por cáncer de próstata, experiencia que lo llevó a valorar aún más su instrumento natural.
El apoyo familiar y la motivación emocional
Más allá del entrenamiento, el cantante reconoce el rol vital de su entorno. Su esposa Penny Lancaster, sus hijos y nietos son su principal fuente de motivación.
“Todavía disfruto lo que hago. Me encanta”, afirmó al hablar sobre su decisión de seguir girando y grabando nueva música.
En Buenos Aires, Stewart aprovechó su estadía para disfrutar de asados y vinos argentinos, sin abandonar su equilibrio físico y mental.
Una lección de longevidad rockera
Rod Stewart demuestra que la constancia, la disciplina y el amor por el oficio pueden vencer al paso del tiempo.
Su combinación de entrenamiento físico, control mental y cuidado vocal lo mantiene en lo más alto del espectáculo, inspirando a nuevas generaciones a vivir el rock con salud y pasión.


